Prefacio Prefacio
En 1534, Hernando Pizarro regresa de Perú con el Quinto del Rey, y las noticias de los fabulosos tesoros que su hermano Francisco había arrebatado a los Incas: ¡era tanto el oro que despreciaron la plata por no poder cargarla!
Las noticias de las grandes cantidades de oro animaron al bisoño Lope de Aguirre a alistarse en una expedición de 250 hombres, que pronto partiría al nuevo, fabuloso y dorado mundo; con ella llega al Perú hacia 1536 o 1537.
Aguirre, es recordado y odiado como uno de los conquistadores trágicos de la historia, marcado como tirano y rebelde en contra del rey de España; Felipe II. Por su continua búsqueda de gloria y riqueza, en 1561, participó en la expedición capitaneada por Pedro de Ursúa, cuyo propósito era encontrar las fantásticas provincias de Omagua y Dorado bajando por el río Marañón (actual Amazonas); principalmente encontrar una legendaria ciudad de oro.
En plena selva amazónica, descontento con el liderazgo de Ursúa, Aguirre lideró un motín y proclamó su propio “Príncipe de la Libertad” y “Rey de Tierra Firme y Perú”; que pronto deja sembrado en aquella inmensidad verde y acuosa. Con su ejército de seguidores, Lope de Aguirre se hace General de la expedición: por primera vez en su vida, también es dueño y amo de su destino; dirigiéndose al Atlántico, para remontar hacia el norte, reposar y saquear la isla de Margarita; antes de pretender enrumbarse al Perú; cruzando el istmo de Panamá. Tenía en mente el establecimiento de un dominio independiente del reino de España, pretende: engrosar su ejército con gente ociosa y pobre que nunca falta, y con pregonar libertad a los esclavos Negros; la suya fue la primera amenaza directa a la corona; la primera opción concreta de independencia americana.
Sin embargo, sus planes se vieron frustrados cuando fue confrontado por las autoridades coloniales de la Tierra Firme, en lo que hoy es Venezuela. Desesperado y sintiéndose acorralado, cometió actos de extrema violencia, incluyendo el asesinato de su propia hija. Finalmente, el 27 de octubre de 1561, Aguirre fue capturado y ejecutado por las autoridades provinciales. En sus últimos momentos, mantuvo el desafió a la corona; hasta el final afirmó que su espíritu seguiría peregrino y rebelde.
Aguirre no hace puerto ni toca las costas cumanesas, ya que no eran parte de su objetivo, solo atraviesa la Costa de las Perlas; luego de “visitar” Margarita; para su escala de deseos la provincia era de poca importancia. Pero luego de su paso meteórico por la Costa de las Perlas, los marañones desperdigados: ¡si alcanzaron la provicia de Cumaná¡; y de a poco se la fueron adueñando... igual la de Venezuela.
Lope de Aguirre es un testimonio de resistencia contra el poder establecido que caracteriza la turbulenta historia americana; su gesta es útil y necesaria para entender la cataclísmica independencia venezolana; casi tres siglos luego de su paso. Su figura, temible y fascinante a la vez, sigue siendo objeto de estudio y análisis en nuestros días.
RJCG
10/07/2023