Sección 1.10 La carta de Aguirre a Felipe II
A pesar de las exaltaciones y el mucho padecimiento que sufre para llegar a Valencia, (Tardaron cuatro días en llegar a Valencia que como Borburata estaba desierta [4]). Aguirre se inspira, y desde el fondo de sus sentimientos, redacta una carta justificativa de su levantamiento y accionar; igual es un documento donde se auto denuncia, y también a sus marañones: inteligente manera para pretender mantenerlos en un solo atado. Es en ese documento, donde mejor quedan plasmadas las razones que el general marañón alega para su accionar; debe hacerla llegar a su antiguo señor Felipe II:
Acavado de escribir esta carta diola al padre contreras q. es el q. traxo de la margarita q. hasta alli lo avia traido con su gran guardia y a barbudo y encargale mucho q la embie a santo domingo a la audiencia Real para q. de alli baya a manos de su mag. muchas cosas dice el tirano en ella q. no son ansi y ansi se fue el padre contreras y el otro q. fue arto escaparse de las manos del tirano. [31]Cuando trajeron a Alarcon Almesto, el tirano “creo que lo dexo de matar porque hera buen escrivano y avia enpecado con el a escrívir una carta para su magestad” y le pregunto si le sería amigo), a lo que contesto Almesto que deseaba prendarse en su servicio. [4]1
Se refiere a Pedrería de Almesto (de “esmerada educación y cristianos principios”), quien era de Extremadura y también dejó su cuento: "Relación de lo que sucedió en la jornada que le fué encargada Al governador Pedro de orsúa que se dezia El dorado y las muertes y daños que en ella uvo despues que los tiranos lo mataron al dicho governador". Manuscrito en la Biblioteca Nacional de París.
En Valencia (antes de partir para Barquisimeto), deja libre a la dupla de Contreras y Barbudo, con el cometido de que entregasen su carta a la posteridad; aunque dirigida a Felipe II. Peligrosa encomienda, para el cura Contreras; a pesar de que fue traído prisionero, hay opiniones que sugieren la existencia algún parlamento entre el tirano y él (y que Aguirre le había ofrecido ser capellán de su ejército y luego ser obispo en Perú). La carta, requería ser entregada ante la Real Audiencia de Santo Domingo, por ello, el clérigo presbítero Alonso de Contreras, fue en una simple pero delicada comisión de cartero; si se negaba ya sabía su destino y de aceptar podía ser que el otro tirano «Felipillo II» interpretara su accionar como una vil traición (crimen de lesa majestad). La participación de Antonio Barbudo se limitaba como marino a hacer la travesía hasta La Española; es probable que primero recalaran en Margarita, lugar de residencia de Contreras. Previo a la partida, Aguirre hace jurar al cura por su referente más sagrado: «en la iglesia de Valencia y ante la Divina Eucaristía».
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Posiblemente por Barbudo y/o Contreras, ambos aparecen declarando en la Información que se levantó en la villa del Espíritu Santo de la isla de Margarita, el 2 de abril de 1564: ynformacion del psonero sobre lo del tirano Aguirre magco Señor. [33]. El cura Alonso Contreras, aún vivía en Margarita y era su vicario, para 1577 [66] .
Al parecer, la carta fue entregada ante la Audiencia de Santo Domingo —aunque allí no quedó prueba de ella— (lo más probable es que fue destruida y su existencia negada, como parte de la destrucción de la memoria de Aguirre [Ver: Sección 2.5). Pero de alguna forma, también quedó constancia de dicha carta en los archivos de la isla de Margarita: que es la versión que se conoce. La carta de Aguirre a Felipe II, no tiene desperdicios, y nada bueno debió de significar para el monarca; es probable que pensara que con esconderla, destruirla y no divulgarla se diluirían las verídicas razones que allí expresaba el levantisco rebelde; pero se filtró «el rey se equivocó»; siglos después, hasta Simón Bolívar la citaba en sus proclamas.
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«carta cuyo original no se ha podido encontrar, aunque, y es ocioso decirlo, se ha buscado en todos los legajos del Archivo de Indias donde pudiera hallarse. Igualmente hemos preguntado a Simancas pana saber si entre los papeles que ahí quedan de América, se encontraba. Nos inclinamos a creer que llegada a manos de Felipe II, tomaría éste sus medidas para que nadie pudiera leer su contenido, pero gracias a que Lope permitía y anu (sic) debía de procurar que sus escritos fuesen bien conocidos por sus soldados, algunos de éstos sacaron copias por la que el famoso documento ha llegado a nuestros días» [32].
La Carta de Aguirre a Felipe II, ha sido el primogénito material que señala a Aguirre como el príncipe de la libertad americana; alguien dijo: No es fácil dudar que alguna forma de perturbación inusual dominaba su mente: sin embargo, nadie parece haber reparado en la terrible lucidez de sus escritos.