Sección 2.10 Los despojos y banderas de Aguirre.
Los despojos y valores dejados por Aguirre a su muerte, se componían de una gran cantidad de cosas con un valor estimado de cuarenta mil ducados; pero el pillaje y los vicios de provincias —ahora llamada corrupción— hicieron que de esas cosas quedara muy poco (simplemente se perdieron y las que quedaron, cada quien las pedía para sí):
… en el despojo del tirano vuo por el liçendo Collado no buen Recado porque de 140 arcabuzes y algunos negros y / otras cosas q se hallaron, parece muy poco / tiros de campo quedaro çinco qu e diz ql tirano traxo de la margarita. estos estan aqui. dizen ser agenos. yo Recogere todo lo q Vuiere y lo mandare depositar y vender / los capitanes de la guerra y vzos de la povia q en ella sirvieron, lo piden todo diziendo ser vso y costumbre en peru y en otras ptes, q se les de pa Repartillo entre ellos, y pues todo es poco con liçençia de V. m. se lo pienso dar q en mas les ha de hazer vra, mag. Mercedes.1
Carta de Alonso Bernáldez al rey, desde el Tocuyo el 20 de diciembre de 1561 [32] .
El juez de residencia Alonso Bernáldez inquirió y condenó al gobernador Pablo Collado —entre otros— por no haber hecho la debida cuenta de dichos despojos. Todo a su turno: en 1566 el gobernador Pedro Ponce de León releva a “ojo de plata”, le hace juicio de residencia y lo remitió preso a España: «por autorizar el comercio con los ingleses». No llega al reino, “el muy correcto” desembarcó en Santo Domingo, y se quedó allí, se supone que falleció poco después.
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[Alonso Bernáldez de Quirós. Fecha de consulta: 23:26, enero 14, 2021]
[Biblioteca Digital Hispánica].
Las banderas y estandartes, se convirtieron en causa de conflicto. Sin tan graves desazones, pero querellándose entre sí por el despojo de las banderas de Aguirre, Gutierre de la Peña, y García de Paredes fueron a Santo Domingo, repitieron sus informaciones y pasaron a Madrid a dirimir su pleito y obtener mercedes [32]; reclamo al que se sumó Pablo Collado: un juicio por unos trapos; que se inicia en el Tocuyo y culminan en real Consejo de Indias (reunido en Madrid).
Los objetos del reclamo —estandarte y banderas—, estaban confeccionadas en tela de seda (de las robadas en Margarita): Hizo ansí mesmo Lope de Aguirre, para mas obligar a sus capitanes y soldados, dalles sedas de las que auia rrouado, para tres vanderas y estandartes; y la uandera principal suya hera de tafetan negro toda, con vnas espadas coloradas atravesadas o tendidas por hella (dos espadas rojas cruzadas oblicuamente). Lope de Aguirre, sabía el poder y simbolismo que podía adquirir una bandera; si fuese respetada, inspiraría a la soldadesca y en sus capitanes. El día 15 de agosto (onomástico de la «Asunción de la Santísima Virgen»), el «dueño» temporal de Margarita, conmina al vicario de la isla— el cura Alonso de Contreras— a celebrar misa («con víspera, maitines y salvas de arcabuces»):
A la Misa Mayor y con todo el aparato de artillería, trompetería y tambores, concurrió el ejército en formación, con Lope de Aguirre a la cabeza y a sus lados el Maestre de Campo y su Capitán de la Guardia. Con devoto recogimiento presenciaron el Santo Sacrificio y después del Ite Misa Est, el padre Contreras bendijo, desde el Altar Mayor, las flámulas rojinegras, sostenidas orgullosamente por Antón LLamozo [sic], Roberto de Sosaya y demás capitanes [35].
Igual reclamo hizo Gutierre de la Peña, mediante una contrademanda alegando su jerarquía de general del ejército real; pero Paredes le rebate diciendo que cuando los sucesos finales, De la Peña estaba a legua y media del cercado donde se sucedieron. Y estos alegatos y contra alegatos se repitieron, hasta que “Ojo de Plata” dictó sentencia:
Fallo que debo de mandar y mando del despojo y bienes del tirano Lope de Aguirre y sus secuaces se vendan en pública almoneda, y sacados las costas y gastos que en ella cabe y asimismo los yerros y daños que conforme a derecho se debe sacar, todo lo demás sobrare se reparta entre los soldados y personas que en la guerra sirvieron a su majestad, dando primeramente el quinto de ella a su majestad y a los oficiales de esta provincia, en s real nombre, en cuanto a los arcabuces y municiones las adjudico a su majestad, y mando que por suyos se depositen en los vecinos y pueblos de la provincia que más convengan y en cuanto a las banderas mando que una de ellas se ponga en la iglesia de esta ciudad [El Tocuyo] donde se levantó el estandarte real contra el tirano, y otra se ponga en la iglesias de Barquisimeto donde el dicho tirano fue desbaratado, y las demás las haya el capitán y maestre de Campo, Diego García de Paredes, como la persona que las tomó primero del cercado del tirano, y por esta mi sentencia definitiva juzgado así, lo pronuncio y mando en estos escritos, y por ello el licenciado Alonso Bernáldez.3
Dado y firmado por el juez Alonso Bernáldez en la ciudad del Tocuyo el 11 de abril de 1562 [11].
Gutierre de la Peña y Pablo Collado, apelaron la sentencia, y Bernáldez la concedió ante el Consejo de Indias. El expediente, junto con el de la causa levantada en el Juicio de Residencia —al ya prisionero Collado—, sus carceleros (sus mismos querellantes), —a todos ellos— los envía juntos a España; previa parada en La Española; donde Collado consigue algunas declaraciones que luego le serán benefactoras.
El real Consejo de Indias, a su vez dicto sentencia en la villa de Madrid el 16 de febrero de 1563, determinando sabiamente una corrección sobre lo hecho por Bernáldez: …los dichos Gutierre dela Peña y Diego García de Paredes, partan entre sí por iguales partes las banderas que se tomaron al dicho Lope de Aguirre… ; que contraapeló Collado: pero su voz en Madriz ya era inocua y no fue considerada [11].

Esas fueron las banderas y el estandarte, que ordenó desplegar Lope de Aguirre, cuando el provincial dominico Francisco de Montesino, lo desafía desde su navío frontal a la fortaleza en la playa del Puerto de la Mar: Después, en el puerto de la Margarita, estaba el tirano con dos o tres escuadrones vestidos de blanco, y llevaban una bandera grande negra, y un estandarte azul, y otro amarillo. Las mismas que … García Rengel que había entrado con Paredes recogía las banderas que andaban tiradas» ; en la habitación de la casa donde ajustician a Aguirre. Son las que de mano de Paredes, fueron «llevadas arrastrando el campo de V. m. que quedaba atras media legua qudo el esto hizo [30] y [32]; símbolos, que llevados arrastrados solo significaban la derrota del tirano.
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Dicho por el portugués Manuel González [Declaración de las personas que llevó a la Audiencia de Santo Domingo el provicial Montesinos el 28/08/61] [32].
Al final, como lo determinó el tuerto “Ojo de Plata”, las banderas quedaron: la principal de Aguirre en la iglesia del Tocuyo, y otra en Barquisimeto; a España llegaron dos que fueron traídas por Paredes (y reafirmadas su propiedad por sentencia). Esas banderas, Paredes las hizo colocar en la tumba de su padre (el Sansón de España) en la iglesia de Santa María Mayor de la ciudad de Trujillo de Extremadura (su pueblo natal). Y allí estuvieron (según la tradición) hasta la entrada de las tropas napoleónicas a la ciudad española de Trujillo [11].