Sección 2.7 Miedo o terror.
Ya estaba corrida la voz, era evidente su incompetencia; —¡hecho el loco!— aterrado ante el gran peligro, pretexta una enfermedad [68]. Cuando la llegada de Lope de Aguirre al puerto de Borburata —era inminente—, Collado le escribe a su recién nombrado capitán general Gutierre de la Peña y explica su personal —y excepcional— condición en carta del 3 de octubre desde el Tocuyo:
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El gobernador Pablo Collado, le otorga el nombramiento por poder, como Capitán General, del ejército contra Aguirre; en el Tocuyo el 22 de septiembre de 1561 [32] .
… yo me yba bien perdido de salud a Cuycas, pensando tener alla algún alivio, y ansi me parti esta mañana de la quebrada de francisco min, donde este hidalgo y el señor julio de la peña me halaron, y pasando adelante un quarto de legua, me hallé tan arrepentido, que quise mas tornarme a morir aquí aguardando lo que dios sea servido de hazer de todos, que no yr en condición de vivir en otra parte y ansí suplico a V. M. continuando lo comenzado, prosiga en todo, que a mi no ay que darmequenta de nada, sino en alto y en baxo hazer Vuestra merced su voluntad, pues todo lo puede conformándose con esos cavalleros a quien beso las manos. De mi salud mal en calentura, y tengo muy perdida la boca y me da mucha pena, y las almorranas me desesperan y a todo no se que hazer mas que aguardar la misericordia de dios [32].
Los que estaban a punto de exponer sus vidas, no vieron con buenos ojos, que el gobernador pusiera la suya a buen resguardo. A pesar de su discutible actitud para enfrentar al invasor, luego del desbaratamiento de Aguirre, para colmo de los habitantes provinciales de aquella Venezuela: …se envaneció tanto con su soberbia y despotismo se enajenó las simpatías de los vecinos; … se irritó con las burlas que provocaba su cobardía y persiguió y maltrató a cuantos hicieron mofa de su miedo. Para soliviantar su entredicha condición, Pablo Collado, en carta relación a Felipe II, buscando absolución dice que deseaba hacerse religioso, y que no aceptaría por recompensas a sus servicios ningún cargo (por alto que fuese; ni en Indias, ni en España); quería ser fraile, como todos en el Siglo XVI, ante un eminente colapso o fracaso.
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Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, vol. XIV, Barcelona, Hijos de J. Espasa, 1912, pág. 458. [Obra no consultada, tomada de referncia de [32]]
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Carta-Relación de Pablo Collado a Felipe II; escrita en El Tocuyo 09/11/1561. En: (Jos Pérez 1927, 128). Y el 17/11/61, levanta otro informe para el rey ante el Alcalde de El Tocuyo Juan Hidalgo, con el objeto de que al rey le conste «de lo que en su servicio hice en la guerra que contra el tirano lope de aguirre tube» [41].
Pero no fue solo Lope de Aguirre el causal de las desgracias de Pablo Collado, ya se habían elevado quejas sobre él a la Audiencia: …llegaron grandes quexas a esta real audiencia de las quales y de las opresiones y sin justicias y desatinos que por procesos consto aver hecho y del descuydo que tubo en no resistir al tirano … plugiera a dios que nunca aportara porque tiene toda aquella tierra levantada y los cavalleros y soldados viejos que la conquistaron tan desfavorecidos e ultrajados y perseguidos … y al obispo don pedro de agreda le a tratado y trata diferentemente de lo que debria[41].
El cura, historiador, conquistador, esclavista y también sátiro, Juan de Castellano, deja sus versos lacónicos:
En este territorio ya contado/Y poblaciones que le son sujetas / Era gobernador Pablo Collado, / A quien llamaba yo Pablo Faldetas, /Por ser hombre mal ejercitado/ Entre los a tambores y trompetas, / El cual andaba, ya vista la cosa, /Para poner los pies en polvorosa [15].
El escritor e historiador venezolano Fulgencio López, es quién mejor ha descrito el desempeño cobarde de Pablo Collado en su novela biográfica “Lope de Aguirre, el peregrino, primer caudillo de América”; novelista con plena libertad creativa, pero bien se apega a los hechos reales encontrados en la probanza de méritos y servicio de Gutierre de la Peña; se cita fiel la —extraordinaria y singular— estrategia que Collado sugiere a sus subalternos; un destello de real terror:
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Probanza de Méritos y Servicio de Gutierre de la Peña (Patronato, 155, Ramo 11. Fol. 4v.) [11].
Caballeros: mi parecer es éste: que cuando me escriban de Nueva Segovia que el Tirano va a llegar, tomemos las mujeres e hijos por delante y la demás gente. Y el Tirano en Barquisimeto y nosotros en El Tocuyo; y el Tirano en el Tocuyo y nosotros en Humocaro; y el Tirano en Humocaro y nosotros en Carache, y el Tirano en Carache y nosotros en Trujillo —de Coycas—, que todo esto es camino derecho para el Rey. Y llegados allí ¡¿Qué hemos de hacer? Preguntó la voz fuerte y varonil de Gutierre de la Peña. Fue ésta la salvación de la Provincia y del cuitado Gobernador, porque nombró al corajudo Gutierre de la Peña Capitán General. Dióse el nombrado con valor y actividad a la organización de la defensa, convocó hombres, escribió cartas en solicitud de auxilio, envió comisiones y con audacia y estrategia encabezó las tropas que deshicieron al Tirano y a sus marañones [35].
Lo cierto es que Pablo Collado, pretende huir hacia un pueblo de Trujillo, y al Tirano —darle vado— (dejarlo pasar) ; pero desiste al poco de partir, sin embargo, no acude a enfrentar a Aguirre directamente, aguarda y se presenta en Barquisimeto un día después de la llegada de Aguirre (el día 23 de octubre); … bien escoltado por unos veinte jinetes que vinieron —desde Mérida— al mando de Pedro Bravo de Molina; contrario al maestre de campo García de Paredes nombrado por el capitán general Gutierre de la Peña; quienes estaban allí al mando desde el 7 de octubre [32].
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«Y llegado allí, ¿Qué hemos de hacer? Collado contestó: “Darle vado”, que quería decir: “dejarlo pasar”».
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Pedro Bravo de Molina, Justicia mayor de Mérida; fue avisado por los Oidores de la Audiencia de Santa Fe (según declaran en cata desde Santa Fe el 17 de diciembre de 1561): «… para que con la gente que tenía y la que se le envió, le dificultase o impidiese la entrada y socorriese a Collado» [32]. Pero previo a eso, fue avisado por Vicente Ribero, quien se dirigía a Mérida por órdenes de Guitierre de la Peña a rogar a Diego García de Paredes su presencia en Barquisimeto, y al pasar por el Tocuyo se entrevista con Pablo Collado, quien «… le entrega carta para Pedro Bravo de Molina encareciéndole su pronta ayuda, y un aviso para los alcaldes de Trujillo para que, con indios, salieran a recibirlo, porque estaba presto a irse para allá» (AGI, Patronato 155, núm. 1. Ramo 6, Folio 11v.) [11]. Acá igual se refleja el miedo de Collado, pide que lo alcaldes (con indios) lo esperen antes de que entre a Trujillo, ¿Para qué?
Así actúa el terror, y es la reacción de sometimiento que se pretende con el terrorismo, alterar los procesos mentales y morales que se producen en personas sometidas a condiciones adversas. Collado, representa con precisión la técnica que España utilizó para someter a América —en su propio pellejo—; y anteriormente también fue la técnica usada por aztecas, incas, caribes, y en general todos los que someten por la fuerza para señorear sobre otros. Técnica que también ha sido adoptada y adaptada por los imperios actuales, sin pudor o distinción de ser reflejos de espejos; que ya deberían estar superados por la humanidad, pero que sin embargo lo justifican y mantienen a pesar de la locura que expresa, usando su poder mediático. Para muestra, un diálogo cinéfilo:
He visto el horror… horrores que tú no has visto. Pero no tienes el derecho a llamarme asesino. Tienes derecho a matarme. Tienes derecho a hacerlo… pero no tienes derecho a juzgarme. Es imposible describir el horror en palabras a aquellos que no saben lo que verdaderamente significa. Horror, horror. El horror tiene una cara… y tú debes hacer del horror tu amigo. Horror y terror mortal son tus amigos. Si ellos no lo son, entonces son tus enemigos, a los que debes temer.7
Dialogo del coronel Kurtz (un coronel que, presuntamente loco, mantiene la lógica en sus razonamientos), en la película Apocalypse Now, producida y dirigida por Francis Ford Coppola (1979).