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Sección 3.1 La traza de las calles del Centro Histórico de la Ciudad de Cumaná.

El lento pero franco proceso de desarrollo urbano que se da inicio en el villorrio realengo sin trazas de calle —el pueblo de Córdoba, luego la Nueva Córdoba— a la boca de río Cumaná y culmina en el centro histórico de la actual Ciudad de Cumaná; sucede en la ribera del río. Se inicia frontal al puerto de navíos, pero culmina a media legua siguiendo la ribera oriental del río: donde al presente está [4].

Figura 3.1.1. - Reticulado del Centro Histórico de la ciudad de Cumaná: Estructura y configuración que se logró luego de la mudanza de la ciudad a finales del año 1582; bajo el gobierno del Teniente de Gobernador Pedro García Camacho[4]. Con el cauce del río sobrepuesto en azul; la Plaza Mayor, la Iglesia Parroquial y el Castillo de Santa María de la Cabeza, en amarillo (Fotografía aérea: Cartografía Nacional, 1937).

Desde finales de 1582 1  la estructura urbana de Cumaná intentó respetar las leyes vigentes para la construcción de ciudades retiradas del margen costero. Se respeta la orientación de la iglesia primogénita hacia el este y lateral a ella se deja espacio para la Plaza Mayor: es imposible estructurar la traza de sus calles de acuerdo al perfecto damero rectangular tradicional con que los españoles sembraron la América de pueblos y ciudades. Se intenta un orden; que fue respetado, aún permanece su reticulado de cuadras trapezoidales en el Centro Histórico de la ciudad (Contreras, R., 2015-A. Obra citada).

Contrario a lo expresado por otros autores e instituciones, como la Academia Nacional de la Historia [entre ellos su antiguo presidente Dr. Guillermo Morón; Figura A.0.21, Figura A.0.22], que objetan el magnífico estudio de don Pedro Elías Marcano, alegando entre muchos disonantes, la imposibilidad de que existieran construcciones en fechas posteriores a 1773, en el sitio entre el castillo de San Antonio y la plaza de armas del fuerte de Santa María de la Cabeza: La cartografía de la ciudad de Cumaná, de la segunda mitad del siglo XVIII muestra que la ocupación y habitabilidad del lugar permaneció inalterable hasta ya entrado el siglo XIX, incluso hasta después del nacimiento del Abel de Colombia; pero no así, luego de la carnicería y destrucción que inicia Boves en Cumaná en 1814 y se prolonga durante los sucesivos años de guerra.

En el Archivo de Indias de Sevilla, entre muchos, reposa un documento en extremo valioso para el estudio del pasado de la ciudad de Cumaná: bajo la signatura «AGI. Santo Domingo 187, R1. N1». La carta relación de Pedro García Camacho está fechada en «Cumaná que llaman la Nueva Córdoba» de «la Nueva Andalucía» el 5 de enero de 1583. Entre otros comentarios, afirma: “He mudado este pueblo. Donde al presente esta rivera [del río] todos están con mucho gusto y contento, quiera Dios N. S. [..vaya] a ser muy buen pueblo, por el mucho regalo que tiene de agua y seguridad de enemigos” .