San Antonio de la Eminencia

Esta fortaleza se encuentra ubicada en una elevación -un cerro- correspondiente a un anticlinal (convencionalmente denominado “Mundo Nuevo”), del conjunto de plegamientos de los cerros de “Caigüire”; cerro llamado La Eminencia de San Antonio. Desde el punto de vista urbano está flanqueado por las calles Badaracco Bermúdez y Ribero.

Fortaleza de San Antonio; 1704.

Fortaleza de San Antonio (en 1704).

Alcanza la mayor altura local en la vecindad del antiguo centro de la ciudad, lo cual resulta estratégico desde el punto de vista de la observación circunferencial del sitio de Cumaná. El valor defensivo del emplazamiento radicaba en las pendientes acentuadas de las laderas combinadas con la presencia de plantas cactáceas.

Es posible que la construcción de la fortificación antecedente al San Antonio que conocemos se ubica cronológicamente en el reinado de Felipe II (1556-1598). Cumaná era vulnerable a los ataques piratas, quienes podían incursionar a través del río Manzanares. Es posible que sobre la eminencia en donde está hoy el San Antonio se haya levantado una precaria fortificación como la que aludió el presbítero Diego Fernández de Serpa en 1579 como reparada en 1574 por su padre.

Cuando asume la gobernación de la provincia Don Sancho Fernández de Angulo y Sandoval (1670-1675) confirma la apreciación del gobernador anterior que la ciudad no tenía un sistema defensivo eficaz, siendo la capital de una extensa y estratégica provincia. En febrero de 1682 el proyecto fue enviado a la Junta de Guerra, organismo este que en julio de ese año aprueba el proyecto y la demolición de la fortificación anterior. El siguiente gobernador Francisco de Ribero y Galindo (1683-1686) introdujo modificaciones cambiando la tipología cuadrangular abaluartada por la de una estrella de cuatro puntas (quizás privó el criterio económico de ahorro de dinero). Esta modificación enfrentó la oposición del anterior gobernador y de grupos de vecinos. El terremoto de 1684 paralizó las obras, las cuales fueron retomadas luego de las reparaciones hechas al Santa María de La Cabeza.

El gobernador Gaspar Matheo de Acosta (1687-1693) siguió las directrices de construcción inicialmente y luego introdujo algunas modificaciones. Para 1688 fue remitido al rey un plano elaborado por Bernardo Prenelete en donde se aprecia con toda fehaciencia, la forma estelar de cuatro puntas que actualmente conocemos y sea la fecha probable de culminación de su obra. La culminación de la construcción de la fortaleza del nuevo San Antonio, probablemente en 1688 y la afectación de Santa María de La Cabeza por el sismo de 1864 resultan en beneficio de la importancia que se centró en San Antonio. De allí en adelante las autoridades se preocuparon de atender esta fortificación considerada como el eje de defensa de la ciudad y quizás emblemática del poder colonial.

Durante la gesta y guerra de independencia (1810-1821) fue escenario decisivo de eventos políticos y guerreros, pasando alternativamente en varias oportunidades a manos de los patriotas y los realistas hasta que en 1821 el general José Francisco Bermúdez libera a Cumaná del dominio español. Durante la época republicana del siglo XIX, tambien fue escenario de diversos hechos y situaciones de orígen militar y político( “revoluciones y contrarrevoluciones”, pronunciamientos militares, prisión de estado y cuartel). Se destaca como hecho notorio que albergó al general José Antonio Páez como prisionero en 1849-1850 por enfrentamientos con el general José Tadeo Monagas a la razón presidente de la república.

Evolución Fuerte de San Antonio

La estructura del fuerte de San Antonio, a lo largo del tiempo, sufrió los efectos de los diversos sismos que han afectado a la ciudad; y las requeridas para la mejor defensa de la ciudad. Así fue afectado seriamente por el de 1766, el de 1797. El sismo de 1853 le ocasionó serios daños, destruyendo la edificación que servía de residencia a la tropa. Para 1906 el presidente de la república General Cipriano Castro ordenó la reparación, encargando las obras al ingeniero Bartolomé Milá de La Roca, quien le edificó en su terraza una especie de torreón discordante con la tipología tradicional del fuerte. El sismo de 1929 nuevamente afecta seriamente la estructura y ocasionó el derrumbe del torreón de Milá de La roca. Nuevamente en 1956 durante el gobierno del general Marcos Pérez Jiménez fueron acometidas obras de reparación y “restauración” que son la imagen del fuerte que conocemos hoy en día. En 1980 fue intervenido en forma indebida para realizar algunas obras de reparación lo cual generó una polémica por las técnicas y materiales empleados. Con las intervenciones de 1906 se le restituyó al fuerte de San Antonio su función militar al ser destinada nuevamente como sede de la guarnición de la ciudad. Función que se interrumpe por el sismo de 1929 y que es retomada luego hasta 1945; cuando esta guarnición fue trasladada al Cuartel Antonio José de Sucre (en las cuatro esquinas).